La Milla Extra.

Entraron en línea, sonrientes, artificialmente vestidas. Se sentaron siguiendo el protocolo, con la esperanza y temor, que las miradas las rodearan de la curiosidad que se crea con los recién llegados. No miraron alrededor. Llamaron al mesero para que éste les sugiriera la mezcla perfecta para iluminar su ánimo. Al rato, se escuchaba el choque de copas, deseando que ese choque significara el sonido de un futuro que les trajera el amor deseado. Veintiocho minutos más tarde, María resignada, empolvando su rostro de izquierda a derecha, maldecía la premisa, de la esperanza sin sentido. Tarde…tarde como siempre, tarde como soy, como lo que me define, como lo que me condena, a este cuerpo engrandecido, que me hace sacudir mi circunferencia y que me resigna al pensar, que así viven los gordos sin amor.

C.M y A.T.R. 11:31 pm. 08-08-08. Chateau Rouge. Rio Piedras.