"Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica" -Allende-
A todos:
Decía mi abuelo que lo más difícil de un proyecto, es saber cómo empezar. Ciertamente hoy sus palabras rebotan en mi mente ya cansada a estas alturas del juego. Soy estudiante de Derecho en mi segundo año, pero soy estudiante del sistema de la Universidad de Puerto Rico desde hace ya 11 años. Es a esta institución pública que le debo las enseñanzas de profesores, la educación de primera, mis compañeros de estudio y de lucha y esa familia extendida que se crea detrás de sus portones. A través de mis años de estudios he vivido diversos conflictos huelgarios, cada uno enmarcado en su condición temporal histórica. En cada uno de ellos me guste o no he dicho presente, en algunos ciertamente mas combatientes que en otros...muchas veces he sido intransigente otras demasiado critica. Pero hoy me ha tocado sentarme y confrontarme, confrontar lo que soy como trabajadora, lo que soy como estudiante y lo que soy como Ser Humano.
Ante las acciones represivas, los atropellos y violencia empleada por nuestro gobierno colonial de turno; las historias de haber compartido celda, brea o a un amigo que ha sufrido en carne propia la maquinaria neo fascista de nuestro Estado, se hacen común y recurrente. Es ante esta nueva realidad histórica que me ha tocado vivir, que me veo en la obligación de posicionarme. Ya no se vale escribir una nota criticando las decisiones del movimiento estudiantil o fulminando al Estado. Llega el momento en que me veo obligada a decidir y asumir las consecuencias de mis actos. A esta hora de la noche solo ronda por mi cabeza esas palabras empleadas por la rectora cuando decidió dejar indefinidamente la policía dentro de nuestro recinto… “Los estudiantes tendrán que acostumbrarse”. Se supone me acostumbre a mostrar mi Id si quiero penetrar la muralla, se supone comparta mi café y la fila con un hombre uniformado y armado. Se supone que me haga de la vista larga y atraviese el recinto con maquinas de carne que se pasean a sus anchas por los espacios que una vez fueron míos, nuestros. Más aun, se supone que acepte entrar a un campo ocupado violentamente y me siente cómodamente a contestar un examen en la Facultad de Derecho. Todo esto mientras, más que compañeros de lucha, compañeros de la vida se exponen a ser arrestados, maltratados, expulsados…todo frente a ese portón que ahora representa la diferencia entre lo que es la libertad y lo que es la represión.
Acceder a entrar al recinto y tomar mi examen, además de asumir un riesgo a mi seguridad, representa claudicar ante algo que es muy mío, mis principios. Seria ignorar, aun cuando fuese por 4 horas, que en efecto vivo en un estado de sitio. Que quien me espera a la entrada y a la salida es el aparato opresor para recordarme por donde se puede o no caminar. No pretendo con esto criticar a quien decida bajo sus prioridades asistir a tomar clases al recinto, mucho menos comparo mi decisión con la de cientos de compañeros que a diario se enfrentan a la represión. Con mi acción solo pretendo reconciliarme con mis ideales, mostrar mis respetos, dar lo que puedo aportar para crear conciencia.
Conozco las consecuencias de mis acciones, pero ninguna repercute más allá de mi comodidad y proyecto de vida personal. Entiendo que los tiempos que estamos viviendo requieren de mi, hacer a un lado lo que Soy y darme a lo que podemos Ser. Cada uno desde su trinchera, cada uno con lo que puede. Hoy por hoy no puedo estar hombro con hombro con los estudiantes, pero si puedo negarme a acostumbrarme a la injusticia y al atropello. Es esta mi pequeña aportación…Aporto mis principios y conciencia a una lucha que transciende la academia y que se ha convertido en la única voz denunciante ante un gobierno neo fascista.
Perdonando la letania...Y como cita mi amigo Paco:
"It has to start somewhere
It has to start sometime
What better place than here
What better time than now"
-RAM-
A esos compas que han dejado el pellejo...Gracias!
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