Teleportación

El siempre toma la palabra, se la come entre dos o tres bocados. Pero esta noche fue distinta, esta vez este último bocado se le atraviesa en la garganta y empieza a borrar de su rostro la sonrisa cínica que siempre tenía cuando hacía el ejercicio de tomar la palabra.

Ya era tarde y solo quedaba Eva, quien observaba todo con cierto grado de morbo. No hacía menos de dos días que quien tomaba siempre la palabra le habría invitado a su escenario y allí le había ofrecido una caja llena de silencio. A cambio, esta, tenia que dejarse engullir de un solo bocado para ser (de)vuelta al cabo de dos lunas... aun así, Eva, antes de terminar de sacudir aquellas letras en su cabeza; no había podido evitar salir corriendo despavorida de aquel cuadro propuesto.

Ya luego en el ruido de su mente y en el ajetreo de su cama, se había resentido de tan cobarde decisión. A Eva siempre le pasaba lo mismo y de sus labios se escuchaba decir muy menudamente, cual oración apocalíptica: "siempre me sucede que actúo y luego pienso".

Pero este caso era distinto, por primera vez Eva llevaba cuerpo y cerebro armonizados/amordazados. Eva no conseguía salir corriendo, ni en su auxilio o en auxilio de quien tomaba siempre la palabra. Sus ojos se exaltaban, saltaban, giraban, callaban palabras y mas palabras y fue en ese mismo instante donde Eva tropezó con la caja...cuando logró poder ser dueña de sus extremos se sintió empapada, advino en conocimiento de paredes rojas y cuadros blancos... podía sentir el vaivén de sus caderas a ritmos de arqueadas a la vez que se escondía una luz y en la próxima arqueada reaparecía...Era un hecho, Eva estaba dentro y ya habían pasado tres lunas.